EL DIAGNÓSTICO CRIMINOLÓGICO
¡Hola! Bienvenidos una vez más a nuestro blog. Para esta tercera entrada hablaremos sobre cómo se lleva a cabo un diagnósnico criminológico, es decir, sobre qué estudian los psicólogos criminales para conocer a fondo la mente de los criminales. Para ello, utilizaremos información extraída del siguiente enlace.
El diagnóstico criminológico es un proceso complejo y dinámico, en el que tienen lugar todos los factores que permitirán la comprensión de la psique del individuo, y tiene como objetivo principal entender el comportamiento antisocial del hombre y conocer los procesos que han conllevado al delito. Para conseguir un buen diagnóstico, se estudian 4 puntos principales:
- El delincuente
El psicólogo aplicará: estudios médicos, psicológicos, pedagógicos, académicos, psiquiátricos, laborales, religiosos, familiares y penitenciarios con el objetivo de reconocer los elementos relacionados al delito, y de esta manera, descifrar la naturaleza del mismo.
- El delito
El delito es una conducta que viola las normas sociales de la comunidad a la
que el delincuente pertenece y este proyecta sus problemas a través de la acción
delictiva, que es considerada a nivel psicológico como un comportamiento
defensivo del individuo para lograr la sensación de equilibrio y alcanzar un
objetivo a costa de las consecuencias legales que tendrá que enfrentar.
- La conducta delictiva
Consiste en determinar el tipo de delito, que puede ser, entre otros:
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Homicidio con alevosía
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Homicidio con ensañamiento
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Homicidio por precio
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Homicidio por placer
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Homicidio psicótico
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Homicidio en el grupo familiar
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Robos
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Estafas
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Abuso sexual
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Daños a bienes o servicios
- El estudio de la familia del delincuente
Como mencionamos anteriormente, el profesional investigará y estudiará el
área familiar, puesto que en este grupo se encuentran gran parte de los
factores que estimulan la conducta criminal, por ello, la psicología afirma que
las actividades y tradiciones familiares determinan parte importante de la
personalidad o estado psicológico del individuo. Este análisis dependerá de:
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La influencia del hogar en el individuo.
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La relación con los padres.
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El intercambio de afecto.
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El nivel socioeconómico del delincuente y su familia.
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Grupo cultural en el que se ha formado el delincuente.
Si el delincuente o criminal se formó en
una familia desintegrada, existen mayores posibilidades de tener tendencias a
conductas antisociales o comportamiento delictivos. Se entiende por familia
desintegrada aquella donde ha muerto uno de los progenitores o donde tuvo lugar
la separación y el abandono. Crecer en un entorno contradictorio y carente de
disciplina conduce a la ejecución de conductas marginales y al recurso de
la violencia como
medida de resolución.
Sin embargo, también existen
delincuentes que se han formado en familias integradas, es decir, un grupo
familiar donde los principales miembros se encuentran unidos, pero el individuo
no recibe afecto. Este escenario es ambivalente, porque existe la posibilidad
de que la familia ignore por completo la presencia del individuo, o por el
contrario, que lo sobreprotejan tanto que la persona genere una reacción de
rebeldía y se convierta en una persona tensa o agresiva.
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